La Ciudad Perdida del Dios Mono
Douglas Preston.
¿Quién es Douglas
Preston?
Según Wikipedia, es un escritor y periodista
estadounidense nacido en 1956. Douglas
ha escrito varios libros de divulgación científica y narrativa de ficción; acompañado
de otros autores o en solitario, presentando una consolidada carrera en ambos
ámbitos. Como periodista es posible encontrar artículos destacados en National
Geographic.
Nombre: La Ciudad Perdida del Dios Mono
Autor: Douglas Preston
Año: 2018
Editorial: Penguin Random House
N° pág.: 386
Reseña:
Antes de comenzar mi reseña, quiero contarles
cómo adquirí el libro La Ciudad Perdida del Dios Mono, para que como ejemplo
sigan sus intuiciones que pueden una gran experiencia.
Hace varios meses atrás la librería online Buscalibre
rebajó sus precios por una promoción, de las cuales son comunes y me encuentro
atenta a cualquier oferta buena que aparezca. Aquel día, llevándome por la
tentación de los buenos precios y sin pensar que tenia varios libros pendientes
en el cajón del velador me dirigí a la página a buscar. Generalmente me gusta
comprar diferentes artículos con montos cerrados de dinero y por consecuencia
de esta mala práctica, y ya teniendo el libro que quería con anterioridad me
adentré en las profundidades de las ofertas para encontrar algún tomo barato
que me sirviera para llegar a mi meta. Así llegué a un libro muy barato, con cero
comentarios en la página, pero con un título llamativo a la fantasía y una
portada inquietante de una entrada labrada en piedra con un monito sentado en
una roca. Añadí a mi carrito La Ciudad Perdida del Dios Mono pensando en los
libros de ficción de otra autora, Isabel Allende, específicamente “El reino del
dragón de oro” pero una vez que llegó a mis manos, di cuenta que tenia
absolutamente nada que ver.
Desde los días de Hernán Cortés han
circulado rumores sobre una ciudad perdida con inmensas riquezas escondida en
alguna parte de Honduras, llamada la Ciudad Blanca o la Ciudad Perdida del Dios
Mono. Los pueblos indígenas hablan de ancestros que huyeron a ese lugar para
escapar de los conquistadores españoles, y advierten que cualquiera que entre a
esa ciudad sagrada enfermará y morirá. En 1940, el periodista estadounidense
Theodore Morde regresó de la selva con cientos de objetos antiguos, asegurando
haber encontrado la Ciudad Blanca. Sin embargo, se suicido sin revelar su
ubicación.
Tres cuartos de siglo después, el
escritor Douglas Preston se unió a un equipo de exploradores en una nueva
aventura. A bordo de un viejo avión monomotor, y gracias a un avanzado
dispositivo láser, descubrieron la imagen inconfundible de una metrópoli entre
el denso follaje selvático. Aventurándose en esas tierras salvajes, Preston y
el equipo de investigadores se enfrentaron a lluvias torrenciales, arenas
movedizas, insectos portadores de enfermedades, jaguares y serpientes. Sin
embargo, no fue sino hasta su regreso que la tragedia los golpeó: Preston y
otros descubrieron que habían contraído una terrible enfermedad en las ruinas.
Intrigante e impactante, plagada de
aventuras estremecedoras y dramáticas vueltas de tuerca, La Ciudad Perdida
del Dios Mono es el recuento verídico de uno de los grandes descubrimientos
del siglo XXI.
La historia es narrada desde la perspectiva del
escritor Douglas Preston comenzado con la entrega de información sobre la localidad
en la que se desarrolla la historia, en el primer capítulo incluye pequeñas
referencias a los personajes o personas principales, sus cargos y la importancia
de ellas para la misión o investigación que se llevará a cabo. Este primer
capítulo adquiere relevancia al relatar el sentimiento de miedo e intriga que genera
el encargado de seguridad Andrew Woody, al referirse a los diversos peligros
que encontrarán en la selva virgen de la Mosquitia.
Antes de comenzar el viaje hacia la Ciudad Blanca,
el autor describe investigaciones y situaciones de años anteriores que han
llevado a la construcción mítica de esta ciudad, menciona desde una carta de
Hernán Cortés enviada al emperador Carlos V, una vez llegado a las costas de
Honduras, la investigación de Theodore Morde y incluso mitos o creencias indígenas
respecto a la ciudad y sus peligros.
Steve Elkins (director cinematográfico) siempre
quiso encontrar la Ciudad Perdida, para ello invirtió gran parte de su dinero
en esta investigación y motivó a otros a participar de ella, así es como el periodista
Preston asiste a Honduras para ayudar a Elkins en su investigación con el
propósito de escribir un artículo si esta misión es favorable. Y así lo fue.
El 18 de Diciembre del 2017 fue publicado en la
revista National Geographic un artículo de Douglas Preston con el título: Exclusiva:Descubierta la ciudad perdida del Dios Mono en Honduras.
Como toda investigación, descubrir la ciudad fue el inicio de algo grande y que llevó por consecuencia a grandes detractores, entre los cuales había arqueólogos, periodistas, profesores de investigación e incluso personas consideraron que esta investigación se llevó a cabo gracias a la corrupción del gobierno hondureño del periodo y sin los permisos respectivos.
Los capítulos finales llamaron mi atención al
referirse a las consecuencias de la visita de los investigadores/exploradores a
la selva de la Mosquitia y su posterior encuentro con la ciudad perdida, la
cual deterioró la salud de la gran mayoría del grupo que participó, quienes
adquirieron Leishmaniasis, enfermedad que actualmente no tiene cura y el autor
narra como la posible realidad del porqué los ancestros del pueblo mencionan catástrofes
para quienes accedieran a la ciudad.
Este libro fue publicado en el año 2018, y en él
incluye un pequeño texto referido a pandemias a raíz de la enfermedad de Leishmaniasis
que se está masificando paulatinamente en estados unidos.
“La última gran pandemia mundial fue la
influenza española de 1918, que mató a cien millones de personas, un cinco por
ciento de la población mundial. Si ocurriera una pandemia así ahora, se
propagaría más rápido y podría ser imposible de contener. Según la Fundación
Bill y Melinda Gates, en una pandemia así “la mortandad alcanzaría los
trescientos sesenta millones”, incluso con el despliegue total de vacunas y
potentes mecanismos modernos”.
Mientras leía las páginas de este libro me fue
intrigando el saber si realmente habían encontrado la ciudad y qué había en
ella, me imaginé sarcófagos y cosas por el estilo, también pensaba en qué ocurriría
con el grupo en la selva donde sentían a los animales rodear su campamento.
El libro incluye algunas fotografías de la
investigación lo que me ayudó a visualizar algunas situaciones o elementos como
vasijas que se describían una vez desenterradas en las profundidades de la
selva.
Este libro me gustó porque motivó a buscar información sobre si realmente era real lo que se estaba leyendo, es un tipo de literatura que no acostumbro a leer y me sorprendió la manera en que me intrigó y se desarrolló, permitiéndome tener predicciones sobre lo que iba a ocurrir y atrapándome en la investigación.
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